
CÓMO EVITAR LA FRUSTRACIÓN Y EL ESTRÉS VACACIONAL
Es oír la palabra vacaciones y se nos iluminan los ojos. Nos empezamos a imaginar tumbados a la bartola en una desértica y paradisíaca playa, disfrutando relajadamente de un rico mojito o saboreando un buen libro… aix…. Ya puedo sentir el sol bronceando mi piel y una sensación de paz invadiendo todo mi cuerpo…
ROSY PROSPECTION EFFECT
Existe un fenómeno psicológico llamado Rosy Prospection Effect, que responde a esa tendencia de anticipar situaciones como más favorables y positivas que en la propia situación real (rosy viene de ver las cosas de color de rosa).
Y me temo que, en el período de descanso estival, la mayoría de nosotros nos generamos unas expectativas tales que nos pueden llegar a frustrar cuando chocamos con la realidad.
Al pensar en cómo serán nuestras vacaciones, imaginamos lo mucho que desconectaremos, lo que nos relajaremos, en los miles de planes que haremos y en cuánto nos divertiremos… He aquí el Rosy Prospection Effect: con antelación, uno imagina sus vacaciones como ideales y fantásticas, todo de color de rosa…
Pero luego resulta que la realidad es diferente (digamos, menos rosa) porque uno no llegó a desconectar pendiente del móvil y de los correos electrónicos (típico, siempre cae algún brownie en vacaciones); porque el planning de la ruta turística fue demasiado ajustado y no hubo tiempo ni de respirar entre museo y museo; porque no estamos acostumbrados a tantas horas con la familia o la pareja (ya sabes por qué en verano incrementan el número de separaciones…); o porque, al contrario de lo que esperabas, tus vacaciones no han sido tan divertidas…
El caso es que después de haber estado todo el año esperando este momento, tener la sensación de haber desperdiciado nuestras vacaciones, puede provocarnos un estado emocional muy negativo.
Por un lado, el hecho de no ver cumplidas nuestras expectativas de vacaciones ideales puede provocarnos frustración, decepción e incluso tristeza. El seguir pendientes de llamadas y correos electrónicos puede generarnos la sensación de no desconexión del trabajo y seguir con estrés. También la necesidad de tener que llegar a visitarlo todo, para sentir que hemos amortizado los días de vacaciones, pueden alimentar ese estrés. Cada vez son más las personas que me confiesan que las vacaciones las estresan más que las relajan.
MIS RECOMENDACIONES
- Busca el equilibrio entre turismo y descanso: planifica tu agenda en vacaciones organizando tus rutas turísticas, pero sin olvidar que este período también tiene que servirte para descansar.
- El no hacer ¡no es grave!: al contrario, durante todo el año estamos habituados a hacer, resolver, analizar, accionar constantemente. Por eso nos resulta extraño estar sin hacer nada. Déjate estar, permítete simplemente ser.
- Desconecta móvil y ordenador. Busca tus momentos al día para estar realmente desconectando. Tú y tu familia lo merecéis y te aseguro que nadie es imprescindible en ninguna empresa.
- Las vacaciones perfectas no existen. Trata de saborear cada instante y acepta si algún plan no sale como habías previsto. Es normal que después de tantos días pueda surgir alguna discusión con tu pareja, hijos o amigos. Pero eso no tiene por qué estropear tus vacaciones.
- No creas todo lo que ves en Instagram. Cuando voy por ahí, estoy cansada de ver a gente posando por horas con una sonrisa enorme en la cara para lograr el fotón “aInstavas”, y al soltar el móvil los ves con cara de amargados, discutiendo con su pareja o aburridísimos… Así que deja de poner el foco en lo bien que se lo están pasando los demás, y pon el foco en ti y en tu bienestar.
Evita que las expectativas de unas vacaciones de color de rosa frustren tu verano, y gestiona el estrés que puede generarte este período estival, con la práctica de estas sencillas recomendaciones y ¡a disfrutar de un muy feliz verano!