
CÓMO SOBRELLEVAR LOS PREPATIVOS DE TU BODA
Como muchas ya sabéis, el pasado día 22 de Septiembre tuvo lugar uno de los mejores días de mi vida: mi Boda. Como cualquier otra experiencia nueva, preparar una boda supone un enorme recopilatorio de aprendizajes, emociones (buenas y no tan buenas), y por supuesto, crecimiento personal.
Las que ya habéis pasado por esto y las que os encontréis en plenos preparativos, sabréis de qué hablo enseguida. Para las que todavía estéis esperando ese gran momento, me gustará compartir con vosotras mi experiencia personal y daros algún que otro consejo que espero os sea útil 😉
Incluso antes de que Jose me pidiera matrimonio, yo ya había estado prestando distraída atención a webs, blogs y cuentas de Instagram que mostraban lugares de ensueño donde celebrar banquetes; vestidos de novia de cuentos de hadas; y demás detalles que no pueden faltar en una boda. Hasta el momento lo hacía por mera distracción y agrado, pero el día siguiente de mi pedida, me faltó tiempo para empezar a repasar con máxima ilusión y detalle todas aquellas páginas tan inspiradoras.
Llegados al punto de preparar una boda real, TU boda, hay quien prefiere contratar una Wedding Planner para que le ayude en la organización. Y lo cierto es que son tantísimos los detalles que hay que tener en cuenta y que mientras vas de boda en boda como invitada apenas prestas atención, que si eres de las que necesita tenerlo todo súper bien organizado y controlado, la figura de la Wedding Planner te resultará imprescindible.
Pequeños grandes detalles como el seating, la decoración floral, las chuches, la música, y un sinfín de cositas que el mismo día de la boda quieres que salgan perfectas y que no podrás tener bajo control, son motivo suficiente por el que contar con una persona de confianza que sepas que estará pendiente de todo y tú solamente podrás dedicarte a disfrutar.
En mi caso, la verdad es que me hacía tantísima ilusión prepararlo todo yo misma, que preferí tomar las riendas de todo ello yo sola junto con mi prometido. No me arrepiento, pero si ésa es también tu decisión, be ready!! 😉
Eso sí, si finalmente decides no contar con una Wedding Planner, te aconsejo que eches mano de ciertas webs y blogs especializados como atodoconfetti.com, bodas.net, o zankyou.es, las cuales a nosotros nos fueron muy útiles a la hora de inspirarnos y, sobretodo, para no dejarnos ningún detalle en el aire.
Igualmente, para el mismo día de la boda, confié en mi prima para que estuviera pendiente de ciertos temas que yo no podría gestionar como la coordinación de los autocares que pusimos para llevar a los invitados de la Iglesia al lugar del banquete; repartir los folletos dentro de la Iglesia; repartir los pétalos y el conffetti a la salida de la ceremonia; y, sobretodo, ¡¡darle todos los teléfonos de los proveedores para estar conectada con ellos en caso de imprevisto!!
CONSEJO: ¿PREPARAR TU BODA CON UN AÑO DE ANTELACIÓN SÍ O NO?
Un mes después de la pedida de mano, ya teníamos claro el lugar del banquete, qué catering iba a deleitar a nuestros invitados y, en mi caso, qué diseñadora iba a vestirme el día B.
En parte, ésta era una de las cosas más importantes para mí: no quería pasarme un año organizando la boda. Siendo ambos tan pragmáticos, era innecesario alargar los preparativos tanto tiempo. Además, a mí me hacía especial ilusión casarme a finales de verano o principios de otoño, en esta época del año tan confusa y agradable que ya todos identificamos como veroño, así que decidimos montarlo todo en cinco meses desde la pedida que fue en Abril.
Muchas me preguntabais ¿en cinco meses da tiempo de preparar una boda? Suficiente si eres pragmática, tienes claro el tipo y estilo de boda que quieres y eres de decisiones rápidas. Justo, si prefieres tomarte las cosas con mucha calma, si quieres probar todos los cáterings de tu ciudad, o visitar todos los diseñadores de vestidos de novia habidos y por haber.
En mi caso, la elección de todos los proveedores resultó fácil. Sólo tenían que cumplir un requisito sine qua non: ser buenos profesionales, que respondieran bien a nuestras necesidades y deseos. Pienso que la clave de nuestra tranquilidad el día de nuestra boda fue precisamente ésta, haber elegido a magníficos profesionales en quien pudimos confiar plenamente. Sabía que no nos fallarían y no fallaron.
Lejos de tener ninguna queja, les estamos más que agradecidos. Si volviera a casarme volvería a hacerlo contando con su excelente servicio y mejor trato. La semana que viene os prometo nuevo post con la lista de los proveedores en quienes confiamos y que os recomiendo encarecidamente a todas aquellas que estéis organizando vuestra boda.
Solamente hubo un proveedor que no respondió ni de lejos a mis expectativas, y eso provocó que la serenidad con la que estaba llevando los preparativos se viera del todo alterada: el vestido de novia. Para mí, el vestido era precioso. El trato, horroroso. No os lo recomiendo.
CONSEJO: ¿QUIÉN SE CASA AQUÍ?
No sería la primera ni la última vez que muchos novios acaban montando la boda al gusto de sus padres o suegros. Y esto, a menudo, puede ser fuente de desacuerdos entre la pareja, así como decepción con el que debería ser uno de los mejores días de tu vida.
La pregunta que tienes que hacerte en estos casos es sencilla: ¿quién se casa aquí?
Os casáis tú y tu prometido, entonces ¿Para qué va a decidir tu suegra el mantel que hay que poner en las mesas? ¿Para qué tiene tu padre que escoger el vino que se va a servir? ¿Para qué tienen que decidir qué invitados deben asistir a vuestra boda?
Algunas novias me han confesado que han llorado largo y tendido por tener que llevar un vestido de novia que no les gustaba. Y son también numerosos los casos de conflicto por el famoso tema de los “invitados de compromiso”. En definitiva, son muchas las intromisiones que pueden surgir durante los preparativos de tu boda y que debes gestionar con cautela si quieres evitar discusiones y malestar con tu pareja.
No digo que no puedas pedir opinión a la familia; al contrario. Es enriquecedor oír y contar con la sabia opinión de los padres, hermanos y amigos; pero de ahí a que termines organizando la boda a su gusto, es otra cosa.
Recordad a vuestros padres que los verdaderos protagonistas sois vosotros y sólo vosotros, que es vuestra boda y, sobre todo si la vais a pagar vosotros, recordadles que queréis hacerla a vuestro gusto e invitar sólo a aquellas personas que son importantes en vuestra vida.
Jose y yo quisimos ir solos a visitar los distintos lugares donde celebrar el banquete; fuimos solos a probar los menús del cátering; fuimos solos a escoger los manteles y la cubertería; también a escoger las flores; y así con el resto de proveedores. Una vez estuvo todo decidido, les mostramos a nuestras familias nuestras elecciones, sin dejar lugar a modificaciones. No había discusión posible… y aun así, no niego que apareciera algún que otro conflicto en este sentido, con lo que la comunicación se tornó imprescindible si queríamos tener la boda en paz.
Así que no lo olvides, si te encuentras estancada en la discusión y el conflicto por opiniones (o imposiciones) ajenas, haceros esta simple pregunta ¿quién se casa aquí?
CONSEJO: MOTIVACIÓN E ILUSIÓN DE LOS PREPARATIVOS HASTA EL FINAL
Una de las cosas que más me gustaría advertiros a las que vayáis a preparar vuestra boda es el tema de la motivación durante los preparativos.
El primer mes resulta muy sencillo disfrutar de los preparativos: todo es nuevo, todo te alucina y te entusiasma.
Nunca olvidaré lo entusiasmada que estaba el día que fuimos a visitar el lugar del banquete que hasta el momento sólo había visto por fotos; ni la sensación de probarme el primer vestido de novia; o la alegría al abrir cada uno de los paquetes con los regalos para los invitados que iban llegando a casa; las caras de familia y amigos al darles la invitación; etc… De verdad, es algo inexplicable y precioso ver como todo tu entorno comparte contigo esa ilusión y alegría.
Sin embargo, cuando llevas cinco meses hipotecándote todos los fines de semana para ir de compras, mirando blogs, haciendo visitas a proveedores, dedicando horas y horas a encontrar tus zapatos ideales, rompiéndote la cabeza para ser original con los detalles a los invitados, yéndote a la cama a las tantas personalizando los mensajes de las espardeñas para el baile, y un sinfín de quehaceres más, puede ocurrir que la motivación e ilusión que sentías al principio se desvanezcan ligeramente y en su lugar, aparezcan los nervios, el estrés y las discusiones.
Mi consejo es que no dejes que las millones de cosas que tengas que hacer, que los imprevistos o que las cosas que no te salen como habías imaginado, resten ni un pellizco de la ilusión de los preparativos.
Disfruta al máximo de todas y cada una de las decisiones y acciones que hagas, por pequeñas que sean. Si estás cansada, tómate un respiro, quizá puedas dejar de pensar en los preparativos por unos días y así retomarlos con más energía después de un par de días de desconexión.
Uno puede casarse todas las veces que quiera, pero solamente habrá UNA primera vez. Por ello, a pesar de mis días malos, del gran número de tareas de los últimos días antes de la boda, y de la tensión en ciertos momentos, traté de ser muy consciente en cada momento de que esta experiencia iba a ser única e irrepetible y que sólo yo con mi actitud podía hacerla inolvidable o para olvidar.
Preparar mi boda fue una experiencia única, que un mes más tarde recuerdo como una mezcla de emociones que requieren de gestión emocional, paciencia y diálogo, negociación y respeto.
Un último consejo: si entre todo este torbellino de emociones y acontecimientos, y aunque en ciertos momentos te aparezcan dudas, miras a la persona con quién te vas a casar y sigues sintiendo ese no sé qué, entonces no tienes de qué preocuparte <3
Vanessa
octubre 24, 2017 at 9:21 amTodo el entusiasmo y dedicación de los meses previos se palpaba en cada uno los detalles y momentos únicos de una boda de ensueño.
Anna, un es pot casar moltes vegades, és cert, però estic convençuda que no serà el teu cas ❤
Anna Llebaría
noviembre 10, 2017 at 5:55 pmMoltes gràcies Vane!! Realment va ser un dia preciós i esperem sigui per sempre! 😉