
LA ÚLTIMA EXCENTRICIDAD DEL AÑO
Tres días. Tres días es lo que queda para que termine el año. Y a estas alturas seguro que estarás haciendo balance de tu año: propósitos cumplidos, objetivos alcanzados, sueños cumplidos…
No te abrumes si tu balance es negativo, sólo has tenido 365 días en perseverar en tus objetivos y… ¿qué ha pasado? ¿en qué momento perdiste el foco? Parece que fue ayer que te prometiste a ti mismo cumplir con tu lista de “propósitos para el 2017”…
Una lista de propósitos con letra perfecta, colorines y colgada a lo grande de un imán en el frigorífico de tu cocina, que ha ido sufriendo las batallas del día a día y probablemente ha terminado arrugada y descuidada en el fondo de algún cajón.
Tranquilo, en tres días empieza un año nuevo y con él, ¡la oportunidad de hacer una nueva lista de propósitos! O quizá deberías recuperar la lista del año pasado y sustituir cautelosamente el 7 por un 8…
No nos engañemos. No es fácil cumplir con los propósitos del nuevo año. Arrancamos Enero con una energía extraordinaria, me pregunto si será debido al exceso de vino y azúcar que tomamos en fiestas. Luego, nos deshinchamos y donde dije digo, digo Diego.
El problema es que somos capaces de alargar esta situación durante años. Y cuando nos queremos dar cuenta, han pasado demasiados. Sólo tú puedes frenar esta dinámica. ¿Qué estás dispuesto a hacer para que el año que viene no tengas que arrepentirte? Mentalízate, busca los recursos y ayuda que necesites, cúrratelo
Por de pronto, centrémonos en el presente, y es que ¿acaso puedes rebobinar estos 362 días del 2017 y cambiar como han ido las cosas?
No, no puedes. Siendo así las cosas, lo más inteligente es que dejes de culpabilizarte. Sólo pierdes energía y entras en la espiral de mal humor, frustración y depresión si te machacas por no haber sido perseverante o por haberte quedado estancado en tu zona de confort.
En estos tres días que quedan, sólo puedes hacer una cosa: la última excentricidad del año.
¿Qué quieres hacer antes de que acabe el 2017? Date cuenta que te pregunto qué quieres y no qué debes. No te me vuelvas loco ahora. No te hablo de cosas imposibles. No te hablo de cosas inmorales, ni de cosas que no tengas recursos para hacer.
Te hablo de algo loco, pero sensato a la vez. De algo transgresor, pero sano. Descabellado, pero inteligente.
Dime qué quieres hacer teniendo en cuenta tus recursos, tus capacidades, y el contexto en el que has construido tu vida. Piensa ese algo que no te has atrevido a hacer por el miedo al qué dirán, por miedo a fallar a los demás, o por miedo a fallarte a ti mismo.
Apúntate a esa carrera aunque no la termines. Llama a esa persona aunque no te coja el teléfono. Córtate el pelo como siempre has querido y nunca te has atrevido. Ve a ese sitio. Celebra el fin de año en ese lugar, con esa persona, de esa forma…
Yo ya tengo mi excentricidad decidida. Empezará la mañana del día 31 y tengo previsto que termine a mediodía del día 1 de Enero. He pensado qué quiero hacer, dónde y con quién. Me quedan tres días para preparar lo que necesito y acabar mi 2017 con esta singular forma, la que me apetece.
¿Cuál va a ser tu última excentricidad del año? Te quedan sólo tres días.