MOTIVACIÓN PARA TU ELEFANTE (LIDERAR EL CAMBIO PART. III)

Seguimos esta semana con la analogía del jinete y el elefante para que, de una vez por todas, seas capaz de liderar el cambio y obtener los resultados que deseas.

Esta vez es el turno del elefante, tu parte más visceral, aquella que representa las emociones, la intuición.

Recuerda lo que comentábamos en el post “Te prometo que voy a cambiar”: aunque el jinete tenga muy claros cuáles son sus objetivos (dejar de fumar, perder 10kgs, conseguir una promoción laboral…), e incluso por más que haya elaborado un fantástico plan de acción según las pautas que indicamos en “Motivación para tu Jinete”, todo ello no servirá de nada si jinete y elefante no se ponen de acuerdo.

Si quieres aplicar cambios en tu vida y conseguir nuevos resultados, no es suficiente con prometerte cambios. Del dicho al hecho hay un trecho. Debes pasar a la acción. Y para que el elefante se mueva y avance deberá tener una motivación para hacerlo.

Pero, ¿cómo motivar al elefante? Muy fácil, pregúntate ¿cuál es el motivo por el cual quieres aplicar ese cambio en tu vida? ¿Para qué quieres cambiar? ¿Para qué quieres dejar de fumar? ¿Para qué quieres perder 10kgs?

Si tus motivos son suficientemente potentes para ti, si verdaderamente lo quieres, harás todo lo que esté en tus manos para lograr el cambio.

Si por el contrario, te prometes a ti misma y a los demás un cambio por charlatanería, por quedar bien, por acallar las críticas… pero en tu interior no estás convencido ni seguro de querer soportar los esfuerzos que supone ese cambio, entonces no hay motivación que valga.

Plantéate entonces que quizá no deseas ese cambio; o quizá sí lo desees, claro que preferirías pesar 10kgs menos, pero el sacrificio, renuncia y esfuerzo que requiere, no te compensa. Prefieres quedarte cómodamente sentada en tu sofá o durmiendo antes que levantarte pronto para ir al gimnasio… Tu motivo no es suficientemente fuerte como para hacer caminar y avanzar al elefante.

Por eso sé sincero contigo mismo, piensa si verdaderamente quieres hacer ese cambio en tu vida. Si no lo quieres, deja de hacerte a ti y a los demás falsas promesas que sabes que no cumplirás y que sólo desgastan las relaciones de confianza y generan decepción y tristeza. Desengáñate.

Si de verdad lo deseas, encuentra tu motivo, aquello que hace que adquiera sentido todo esfuerzo y sacrificio; aquello que en los momentos de flaqueza, te anime a seguir adelante.

Recuerdo una clienta que descubrió que su verdadero motivo para adelgazar era su hijo. Si se esforzaba y elegía comer sano, si lograba organizarse para hacer ejercicio físico, si sacaba fuerzas para hacer todo lo que se había propuesto para cuidarse, sería capaz de lanzarse al suelo y jugar con su pequeño, podría ir con él en bici, hacer excursiones a la montaña, jugar con él en la piscina… todo por su hijo, todo por él, su verdadera motivación.

¿Cuál es la tuya

 

Anna Llebaria

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