
QUERIDO DIARIO
¿Recuerdas cuando eras pequeña y escribías en mi diario?
Hubo una época en la que todas las niñas escribíamos en nuestro diario. Pequeños cuadernitos que los vendían monísimos, de colores, y con un candadito monísimo para que encerraras bajo llave tus pensamientos y emociones de adolescente.
¿Qué te parece si retomas ese diario?
Si has leído mis post o has visto mis vídeos, para la mayoría de ejercicios que te recomiendo hacer, necesitas papel y boli. Como ya te he comentado en alguna ocasión, escribir implica el hemisferio izquierdo del cerebro y, de este modo, te permite ser más racional y separar pensamiento de emoción; así como definir con mayor claridad ésta última.
Además, recuerda que la mente genera incesantemente millones de pensamientos. Éstos se enredan con emociones, situaciones, recuerdos, planes de futuro… hasta que la mente viene a ser como un nudo bien enredado que puede confundirte.
Voy a darte un dato interesante: el 47% de los pensamientos que tenemos, son de cosas que no están ocurriendo.
Escribir en tu diario te permitirá clarificar cuáles son tus pensamientos concretos. Información que te será útil no para dejar de pensar, porque eso es imposible, si no para reconducir esos pensamientos hacia lugares en los que sí deseas estar, como el momento presente, lejos de rumiaciones o preocupaciones.
Además, tu diario es una poderosísima herramienta de auto conocimiento. ¿Cuántas veces has opinado un día una cosa y, a los pocos días, has pensado exactamente lo contrario?
Tener dudas es algo normal, y ser cambiante también forma parte del ser humano, pero es algo que nos dificulta la toma de decisiones y a menudo nos genera confusión y malestar.
Contar con una herramienta que te permite plasmar concretamente tus opiniones, pensamientos y emociones, te permitirá conocerte mejor y clarificar tus ideas, a la vez que vivirás más presente y consciente de lo que está sucediendo aquí y ahora en tu vida.
Por eso te animo a que inicies esta nueva experiencia y escribas cada día unas líneas en tu diario y que experimentes tú mismo sus ventajas.
Cuidado, escribir ¡puede resultar adictivo! 😉